Un retiro
espiritual o jornada espiritual es una pausa para el corazón y el Espíritu
Santo nos ayuda a encontrarnos con nuestro creador. 
 - Tomarse un respiro, descansar,
     encontrar consuelo.
 
 -  Encontrar a Dios en el
     silencio, leer su Palabra, reavivar la propia fe.
 
 - Alabar a Dios en fraternidad.
 
 - Reflexionar sobre el sentido de
     la propia existencia.
 
 - Profundizar en las grandes preguntas
     de la vida, entender mejor los fundamentos de la fe
     cristiana.